Battlestar Galactica
es una serie de culto como lo fue su predecesora con el mismo nombre a
finales de los 70. Y seguramente no la has visto porque es una serie de ciencia ficción, de naves en el espacio y de combates
entre humanos y robots. Vaya rollo, pensarás, pero no te equivoques. Es mucho
más que eso. De todas formas, esta reflexión no es sobre Galactica, serie que
te aconsejo ver, sino sobre uno de los
pocos personajes femeninos que no se limita a realizar las tareas que desde los primeros tiempos del patriarcado se han asignado a las mujeres.
Kara es piloto, y no solo eso, sino que es la mejor. Es la más capacitada en una tarea militar
predominantemente masculina. Esta maravilla de rol ha sido posible porque
cuando se diseñó la nueva versión de la serie se decidió que el personaje de Starbuck (interpretado por un hombre
en la serie de los 70, Dirk Benedict, a quien seguro conoces por su papel de Fénix en El equipo A) sería una mujer en esta nueva versión.
¡Un aplauso a quien tomó esta decisión por darnos uno de los mejores personajes
femeninos de ficción que nunca han existido!
Esta nueva versión de Starbuck es una mujer que actúa como un héroe rebelde femenino a todos los
niveles posibles: reparte guantazos y tiros cuando lo considera necesario, toma
decisiones complejas sin dudar, bebe y fuma como un cosaco, es totalmente
autosuficiente y sobre todo, ¡Ah,
Starbucks, ese es tu pecado! tiene sexo ocasional con quien quiere y cuando
quiere.
Estos patrones de
conducta propios de un macho alfa hacen que muchos la tilden de "puta"
y "marimacho". Sin embargo, son estas mismas personas quienes
consideran "simpático" y "bribón" al mismo personaje pero
de sexo masculino de la serie de los años 70. Ese Starbuck hombre era
mujeriego, juerguista y compañero de aventuras del protagonista de la serie, el
capitán Lee Adama "Apollo". En esta nueva versión también son
compañeros de aventuras pero mantienen una
relación amorosa muy compleja con grandes dosis de tensión sexual en la que es ella la que tiene el poder de
decisión. Otro grave pecado desde la óptica masculina.
Lo triste es que somos las propias mujeres las que juzgamos
sin piedad a aquellas de nuestras iguales que, como Starbuck, no cumplen
ese patrón que ha perpetuado el patriarcado durante muchos siglos.
No quiero remontarme a la supuesta existencia de las sociedades primitivas matriarcales que
algunos estudiosos como Robert Graves han formulado pero si me
gustaría que tú, lectora, te preguntaras
por qué lo emotivo, lo irracional, y la debilidad se atribuye a las mujeres.
Podría pasarme horas enumerando personajes femeninos de ficción literaria y
cinematográfica que siguen estos patrones pero seguro que te vienen a la cabeza
muchas "damiselas" que esperan ser rescatadas por un hombre y que
cumplen todos los requisitos de conducta que los hombres atribuyen a las
mujeres. No perpetuemos esto. No
tomemos a este tipo de mujeres como modelos
a seguir porque no lo son, porque cumplen la función de perpetuar el papel
que el patriarcado asignó a la mujer desde tiempos ancestrales.
Al fin y al cabo, la
mujeres somos capaces del acto más poderoso de la naturaleza: crear una
nueva vida. No lo hacemos solas, claro está, pero casi. La aportación masculina
se limita al principio de la concepción. Siempre me he preguntado porque las
estirpes familiares se han estructurado alrededor de la figura del padre ya que,
¿quién sabe con certeza qué hombre ha
engendrado a un hijo? Lo que sí sabemos seguro al 100% es quién lo ha
parido.
Con todas estas reflexiones y cuestionándote el papel de la
mujer como sujeto débil, sometido y dependiente, te invito a ver a la teniente Kara Thrace Starbuck desde un nuevo
prisma que de verdad sitúe al mismo nivel a mujeres y a hombres. Creo que
disfrutarás mucho viendo a una mujer fuerte y decidida dando órdenes en un mundo de hombres, como dice la
canción.



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