Me
declaro una auténtica fan de “My mad fat diary” por múltiples razones que
intentaré exponer aquí, pero quiero adelantar una de las principales: y es que
me ha hecho viajar en el tiempo, volver a reencontrarme con un yo pasado inseguro
que quería aprender a relacionarse con el mundo (ilusa) y que lidiaba con
cambios físicos y hormonales. Lo maravilloso es que ese "yo", es un/a "cualquiera" que acaba conociendo a Rae y aprendiendo mucho de ella.
Rachel
Earl, Rae, es una chica de 16 años con problemas de peso (es casi obesa) que
sale de un centro psiquiátrico tras cuatro meses de internamiento por un
intento de suicidio. Estamos ante una historia dramática, dura, pero que por
eso puede contar con un humor negro de lo más terapéutico e ilimitado que acaba
por seducir a lxs que vemos la serie. No es un tópico: lloras con Rae, odias el
cuerpo de Rae con ella (no paras de pensar en que debería hacer todo lo posible
por cambiar su físico), coges valor cuando ella decide tomarlo… y es por eso que
creo que es tan relevante esta historia y las relaciones que en ella se
mantienen, porque es fácil identificarse y su mensaje puede marcar.
Estamos
ante la historia de una chica que intenta encajar (hasta aquí, un clásico
adolescente), pero que llega a la conclusión, gracias a sus amigxs, a su madre,
a su tutor/psiquiatra y a ella misma, de que para hacerlo, primero debe
enfrentarse a sus fantasmas, sus miedos, y a quién es y en quién quiere
convertirse. Es decir, acabamos siendo testigos de un proceso de empoderamiento
personal.
Cada
relación de Rae en la serie es para escribir un artículo porque son claves para
ella, pero en este caso me voy a centrar en la principal historia de amor de la
protagonista: la suya y la de Finn. El chico callado de su pandilla, guapo y algo borde a veces, Finn, no idealiza a Rae, la conoce y cree en ella. Se enamora de ella por su
capacidad de superación, por su valentía, por su humor, por su buen gusto por
la música, por su inteligencia y sincera entrega hacia los demás. Por fin (no
me cansaré de repetirlo) nos encontramos ante el personaje de un chico
adolescente guapo (popular a su pesar), humilde y sencillo, con sus propios problemas, que lo único que
quiere es pasar tiempo con una chica que no resulta ser el prototipo socialmente aceptado (que sí cumpliría la mejor amiga de Rae) porque quiere conocerla más y
necesita que sea algo más en su vida. Y no, personas que leen esto, no se trata del clásico
“chico guapo que gracias a su paciencia acaba saliendo con una chica
impresionante físicamente, que es lo que escondía bajo la piel y se muestra en
el último capítulo”, sino que la recompensa del apoyo de Finn a Rae, el cariño
y la paciencia que muestra en su historia en común (mientras ella trata de
arreglar su cabeza, sus “asuntos personales” y se decide si quiere estar con él o no),
es simple y llanamente, porque quiere que Rae se sienta bien, y en segundo
término porque quiere estar con ella, tal y como es desde que la conoce.
El
personaje de Finn es algo inusual: un chico que se enamora de una chica gorda y
sólo quiere ser feliz a su lado. Y porque la quiere “bien”, la apoya, le dice
todo lo bueno que ve de ella, se enfada y se lo hace ver a Rae cuando no hace
las cosas bien, le muestra lo mucho que le atrae en todos los sentidos… y así,
“sin más”, logra que Rae acabe enamorándose también de él. Y así, sin más
también, lxs fans de la serie terminamos viviendo con ella una bonita y sana
historia de amor adolescente donde se aprende que la aceptación y el aprendizaje personal son la clave para enfrentarse al mundo y a las relaciones que unx
mantiene en él.
¿Nunca
habéis conocido a alguien que fuese capaz de ver virtudes en vosotroxs donde
sólo veíais defectos y os ayudase a sacar lo mejor de cada unx a través de una
relación de amistad o de amor? Rae y Finn sí. Parecía amor, y sí lo era: una historia de amor sana queriéndose bien y de verdad.



también es muy interesante cómo rae considera prácticamente imposible que un chico 'perfecto' como finn sea capaz de interesarse por ella. y sí, es evidente que el factor físico está ahí, pero también me hizo pensar en lo (mal)acostumbradas que estamos cuando de idealizar al otro se trata. o quizá sea una lectura un tanto forzada y me pueden los procesos de identificación, jaja. enhorabuena por el texto, alejandra :)
ResponderEliminarDe hecho, creo que todxs nos lo planteamos, el cómo puede fijarse en ella. Pero algo maravilloso de la serie es que da la lección de que se evidencia los prejuicios que tenemos todxs con cualquiera que no se encuadra en un prototipo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y siento la tardanza, he estado desconectada del mundo tecnológico.