La ciencia de hacer ciencia siendo mujer

Recientemente descubrí la existencia de una gran mujer, Ángela Ruiz Robles, conocida como “Doña Angelita” (Villamanín, 1895 – Ferrol, 1975) que fue maestra, escritora e inventora, precursora del libro electrónico. Una mujer muy avanzada en su tiempo. Inventora de la “Enciclopedia Mecánica” en 1962, 50 años antes del boom de las tablets. Dedicada a la investigación y a la enseñanza y que en los años 50 ya era viuda y con 3 hijas. Debió ser una mujer increíble que decía que “si los muertos resucitaran verían todos los cambios tecnológicos de la sociedad, ascensores, electrodomésticos… pero si miraran la enseñanza, comprobarían que todo sigue como en la Edad Media”. Veinte años después de su muerte, si Angelita levantara la cabeza, vería que la cosa no ha variado sustancialmente, aunque eso sí, por fin se puede aligerar el peso de las carteras de los escolares (una de sus preocupaciones) gracias a las “tabletas electrónicas”, de las que ella podría considerarse una precursora.

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Imagen via Agencia SINC

La pregunta que en 1958 le hizo un periodista: “¿Una buena inventora puede ser una buena ama de casa?” debió dejarle bizca (o al menos a mí, en pleno siglo XXI, así me deja). Realmente es desolador leer cómo a principios del siglo XX sólo el 25% de la población femenina sabía leer y escribir, con una tasa de analfabetismo un 60% mayor que la masculina.

Sin ir más lejos mi pobre madre se quedó con las ganas de estudiar una carrera. Hija de farmacéutico (como Doña Angelita), pero quizás no tuvo la suerte de tener un padre con la mente tan abierta, pues entonces sólo a los hijos varones se les pagaban los estudios superiores. En ese sentido tengo que dar gracias de haber tenido un padre que en lo que a estudios se refiere (que no en cuanto a tareas del hogar) nos exigía por igual a los 9 hermanos (6 varones y 3 mujeres). Si Doña Angelita hubiera sido hombre, quién sabe si no habría llegado aún más lejos, quién sabe...

Por otro lado, leyendo el reciente artículo de Materia en El País: “El acceso de la mujer a la ciencia es un problema social”, una no puede hacer otra cosa que seguir indignándose porque a estas alturas del siglo XXI las mujeres tengamos que seguir luchando contra lo que la sociedad espera de nosotras.

Coincido con la astrónoma Silvia Torres en que si hubiera permitido el trato de favor por ser la "mujer de" (otro astrónomo) no podría haber demostrado al mundo científico que por sí misma era capaz de llegar a donde ha llegado, o sea, a presidenta de la Unión Astronómica Internacional (¿más lejos de lo que ha llegado su marido? Lo desconozco, la verdad).

Desde su actual posición y como sensibilizada que está con el tema, se ha puesto a indagar sobre el por qué no hay más mujeres científicas y/o con puestos de responsabilidad en el mundo de la ciencia. Y el por qué sigue siendo bien triste. La mujer sigue renunciando a estas alturas a su futuro profesional en pro de sus parejas. Es como que lo tenemos asumido y no hay manera de cambiarlo, salvo en raras excepciones.

Otro ejemplo de mujer científica de nuestro tiempo capaz de compaginarlo todo, es la matemática y gran divulgadora sevillana Clara Grima, que recientemente ha exhibido en sus actos de divulgación una camiseta cuyo mensaje me vuelve loca (que por cierto, si se os antoja una, podéis encargársela a “EsbozArte”, empresa artífice de semejante genialidad. Yo ya estoy tardando...):

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Imagen via Twitter
Clara es doctora en Matemáticas y Catedrática del Departamento de Matemática Aplicada en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de la Universidad de Sevilla. Está empeñada en que las matemáticas lleguen a la sociedad (sí, las “mates”, esa asignatura que a más de uno nos ha traído por la calle de la amargura) y parece que lo está consiguiendo. Clara es un “culo inquieto” que no para y que compagina su trabajo con una vida familiar feliz y que además es madre de dos "polluelos". Digo yo que con lo que viaja es al marido al que le toca hacerse más cargo de los hijos. Y…¿pasa algo porque esto sea así?, ¿no, verdad? Todos “happy”. ¡Pues ya está!

En resumidas cuentas, que aunque no es fácil y la sociedad aún no acompañe todo lo que debiera a estas alturas, las mujeres "poc a poc" (como dicen en esta, mi tierra adoptiva (Mallorca)) vamos haciéndonos un huequito en este "mundillo de la ciencia", donde no hay horarios y todas las horas son pocas.

Aunque parece que 7 de cada 10 niñas están interesadas ​​en la ciencia, curiosamente sólo 2 de cada 10 pretenden estudiar una carrera científica o tecnológica. Y lo cierto es que parece que todos tenemos nuestra parte de culpa de que esto sea así y si no lo crees, mira este vídeo:




La multinacional Microsoft ha hecho recientemente una campaña para intentar cambiar esto y ha creado el programa "DigiGirlz" para dar a las niñas la oportunidad de aprender acerca de las carreras tecnológicas. ¡Chapó por la iniciativa! Siempre he creído que sentimos menos interés por lo que no conocemos y/o entendemos, así es que esta iniciativa no vendrá nada mal. Ahora sólo falta que ese interés no sea "castrado" por el entorno familiar más cercano, que suele ser bastante determinante.



Y para terminar, mola el "Instituto de Investigación" recientemente sacado por Lego. En esta ocasión el juego está formado por una paleontóloga, una astrónoma y una científica de laboratorio. Su creadora ha sido la geocientífica Ellen Kooijman.

 'Instituto de Investigación' de Lego
LEGO Instituto de investigación: mujeres científicas

Al parecer la idea surgió a raíz de la carta que una niña de 7 años envió a la empresa, en la que indirecta y sutilmente les tachaba de machistas. Les echaba en cara que en las figuras de Lego, los niños hacen cosas divertidas y de aventura, mientras que las niñas sólo hacen cosas aburridas como ir de compras, estar en casa, etc...

Imagen de la carta de Charlotte Benjamin a LEGO


Bueno, a ver si entre todos conseguimos un poco de igualdad, que ya va siendo hora. Yo soy de las que de pequeña se lo pasaba mejor jugando con los Madelman y los indios y los vaqueros de mis hermanos. Voy a ver si me hago con uno de estos Legos de científicas, que me ha molado.

2 comentarios:

  1. ¡Yo le puse Angie a mi tablet nueva por Ruíz Robles! Qué gran tema, este. Me parece muy interesante lo de que las mujeres científicas renuncien a sus carreras por amor: también lo han hecho a sus méritos, incluso, cuando seguían trabajando (http://mujeresconciencia.com/2014/11/17/mujer-ciencia-y-discriminacion-del-efecto-mateo-matilda/). A ver si poco a poco conseguimos entre todos darle a estas mujeres el crédito que merecen. ¡Gracias por el post!

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