Desde un punto de vista antropológico, la religión tiene el objetivo de explicar lo que no se comprende y tranquilizar a la sociedad ante lo imprevisible (además, claro, de sustentar las estructuras de poder). Una de las peticiones más extendidas a los dioses, en todas las culturas, es la de la fertilidad, tanto de los campos como de las mujeres. Por eso, desde tiempos ancestrales, era habitual tener figuras de genitales a las que se les rendía culto, como forma de alentar a los dioses a traer buenas cosechas y descendencia fuerte.
Tampoco es ningún secreto que las religiones dominantes tomaron las tradiciones paganas y las reescribieron, aportándoles una lógica interna dentro de su narración: sin ir más lejos, la celebración del Corpus Christi que celebrábamos esta semana, destinada a celebrar la eucaristía, se relaciona directamente con Pentecostés, fiesta judía donde, en origen, se agradecían las primeras cosechas antes de empezar a celebrarse la alianza del Sinaí. Es decir, que
independientemente de nuestras creencias religiosas, subyace a ellas siempre el agradecimiento por la vida, tanto en su dimensión agrícola como en la reproductiva.
Hace algunos años que diversos colectivos feministas "rinden culto" durante las fiestas católicas a vulvas que sacan en procesión: la del
Santísimo Coño de todos los Orgasmos, la del
Santísimo Coño Insumiso, y otras que buscan oponer la figura del coño a la de la Virgen como forma de protesta por las legislaciones que, con base en la ética católica, restringen los derechos de las mujeres. Sin embargo, cuando vemos estas imágenes, la figura del coño, en lugar de resultar chocante, resulta natural, y en lugar de separarse, se asemeja. Y es aquí cuando llega la pregunta:
¿podríamos haber sustituido la adoración a la vulva por la adoración a la Virgen?
Hace tiempo que me planteé la pregunta (fue en Semana Santa, de hecho) y a pesar de haber buscado varias veces información al respecto sólo la he encontrado ahora (podéis imaginar qué pasa cuando buscas en Google virgen y vagina), y sí, efectivamente, artistas como Mónica Castagnotto,
en una exposición de 1999 de la que fue censurada su obra Virgen y Vagina, ya habían presentado la similitud entre ambas.
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Virgen y Vagina, de Mónica Castagnotto (fotomontaje, fragmento) |
Evidentemente en esta última escultura el paralelismo es buscado, pero a raíz de una conversación
con otro de los autores del blog empecé a indagar sobre la Virgen de Guadalupe y, por fin,
encontré un análisis como el que me venía rondando: efectivamente, la Virgen de Guadalupe comenzó a adorarse en Mexico en sustitución de las diosas de la fertilidad (
Tonantzin), y quizá precisamente por eso el canon bajo el que se representa es particularmente "vulvar":
En definitiva,
¿es posible que la Iglesia católica, tan aparentemente misógina, haya hecho esta concesión a la sacralidad de los genitales femeninos como origen de la vida? Debatiéndolo entre los autores del blog, otra de nosotros concluía que podía tratarse de una concesión que negaba el placer de la mujer (puedes usar tus genitales para dar vida, pero sin disfrutar del sexo, como hizo la Virgen María). Personalmente, llamadme romántica, pero que la cabeza de la Virgen se corresponda anatómicamente con el clítoris me parece una dichosa coincidencia, y
ojalá sirviera como punto de partida para que esta institución respetara de una vez el cuerpo femenino y la libertad de esta.
Me encanta la analisis Vega, como siempre me aportáis algo nuevo del nuestro mundo super interesante... y hay tanto por descubrir!
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario, Mariana, aunque parece que precisamente no es nada nuevo... ;) Me alegra mucho que el blog te sirva como fuente de descubrimiento, ¡para eso está! Seguro que tú también tienes puntos de vista que aportar, así que si te apetece escribir no dudes en hacerlo. :)
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